lunes, 29 de octubre de 2012

CARLOS RICCÓ, UN FELIGRÉS DE LA MÚSICA Y SU BARRIO

Hoy, Como aye. El creador de "La Catedral del Ritmo" regresó a su querido Liniers y no ocultó su pasión por el barrio que lo vió nacer
El inolvidable creador y conductor de "La Catedral del Ritmo", visitó su querido Liniers y recordó los detalles de su exitoso ciclo radial

Luego de unos cuantos años volví a encontrarme con un verdadero personaje del barrio de Liniers, con quien, en compañía de un amigo en común, Edgardo Gilabert, disfrutamos en un bar del barrio de varias rondas de café, para volver a hilvanar su particular historia de vida, que lo marcó como uno de los precursores del rock nacional. "¡Otra vez por el barrio!", le dije a modo de bienvenida apenas nos ubicamos en una mesa sobre la vereda. Y su respuesta fue inmediata "siempre estoy en el barrio, porque del barrio nunca me fui", disparó quien hoy ya no vive en Liniers, pero se siente parte de sus calles.
Detonante más que suficiente para presentar a un linierense, nacido el 21 de agosto de 1942, en su casa paterna de Oliden al 800, hijo del matrimonio de Héctor Alfredo y Zulema Elsena Bañato.
Se trata de Carlos Riccó, o para los más allegados, Chiche. Hablar de Riccó, es hablar de su vasta historia con la música, a partir de su famosa creación radial "La Catedral del Ritmo", ciclo que iremos desgranado a lo largo de esta nota.
La familia y la música hoy y siempre han sido su prioridad. Junto a su esposa Margarita Genoveva Greubel, disfrutó la llegada de sus tres hijos: Romina Gabriela, Alfredo Timoteo y Cristian Venancio, y hoy la luz de sus ojos es el recién llegado Patricio Noel, hijo de Timoteo, que lo convirtió en abuelo.
Sus estudios en los colegios Tránsito de San José y Dalmacio Vélez Sarsfield -donde tuvo como compañero al entrañable José Ángel Trilles- y más tarde en el Nacional 13° Tomás Espora, junto a sus emprendimientos deportivos en las canchas del barrio y en Club Liniers, identifican su juventud con el barrio, al cual siempre, como la canción, está pensando en volver.
Atrás quedaron los comienzos en la imprenta del padre de su amigo, Edgardo Gilabert, aquel 17 de noviembre de 1964 en Ercilla al 6000, que fuera el puntapié de largada para convertirse, sin lugar a dudas, en un personaje indiscutido y adelantado para la época de la música, a través de su programa "La Catedral del Ritmo".
Aquellos días de fines de los 60? y durante todos los 70? y los 80?, lo tuvieron como alma máter de figuras tales como Facundo Cabral (por entonces El Indio Gasparino), Mauricio "Moris" Birabent (uno de los primeros músicos del rock nacional y fundador de los Los Beatniks, con quienes grabó en 1966 el primer single del rock argentino, "Rebelde", y compuso "Ayer nomás", que luego fuera popularizado por Los Gatos), Pajarito Zaguri (nombre artístico de Alberto Ramón García, integrante de bandas como Los Náufragos y La Barra de Chocolate), Roberto Rimoldi Fraga (El Tigre), Mathias, La Barra de Chocolate, y Roberto Goyeneche, entre otros tantos exitosos artistas que difundió a través de sus programas radiales.
Hoy Riccó es considerado un conductor de culto en la radiofonía argentina, donde desparramó su música por Radio Antártida, El Mundo -teniendo como compañera a Rina Morán-, Argentina y Excelsior. Sus ciclos lo llevaron a obtener diferentes distinciones en Aptra (1974, 83, 90 y 91), Revista la Radio (como el mejor programa musical del año en 1977 y 1978), "Mejor Programa de Música Joven" (Revista La Audiencia, año 1978), La Baldosa de Oro (1984) -que recibió de manos de Cacho Castaña-, la distinción de Honor de EUDEBA (1988) y otros tantas que sería muy extenso de enumerar.
También tuvo su paso por la televisión, a través de su programa en Canal 7, los sábados de 19 a 21.
Pero su espíritu inquieto y su pasión por la música, lo llevaron además a organizar populosos bailes en la Confitería Castel Cilano, Tauro, en Nolting, Defensores de Hurlingham, Estudiantil Porteño, Vélez y Huracán de San Justo. En sus show debutaron figuras como Camilo Sesto, Dyango, José Luis Perales, Malcom Roberts, Santa Esmeralda, The Tavares Brothers (grupo disco de los años 70? cuyo recuerdo inmediato fue su participación en la banda sonora de Fiebre del Sábado por la Noche), The Tremeloes y Matt Monro, y en donde participaron casi todas las figuras nacionales de aquellos años, como Palito Ortega, Sandro, Litto Nebbia, Leo Dan y Leonardo Favio.
Todos esos éxitos ocupaban las bateas de todas las disquerías de aquellos años, incluso la suya, que inauguró el 26 de septiembre de 1975 en Arieta al 2300, pleno centro de San Justo, generando un sitio de visita obligada en la zona Oeste para todos los fanáticos de la música y su programa.
Pero además, Riccó llevó a cabo el primer y segundo "Festival de la Música Beat" en el Teatro Nacional, y entre sus participantes y ganadores estuvieron La Barra de Chocolate y el Grupo Uno, de Comodoro Rivadavia. También realizó el primer mega show del rock nacional, al que denominó "El Show Gigante que le prometimos a Dios", y en que actuaron Almendra, Manal, Vox Dei, Lito Nebbia, Facundo Cabral, Moris y la Banda de Chocolate, en un festival que colmó el predio de las piletas 1 y 2 de Ezeiza, para festejar la llegada de la primavera. Aquel festival se ideo y organizó desde su barrio de Liniers, en las míticas oficinas de Ramón Falcón 7051.
Es cierto, el pasado ya no vuelve, pero no quedan dudas de que se agiganta con el el tiempo. Por eso hoy, con 70 años y lejos de la popularidad de antaño, Carlos Riccó sigue disfrutando de su historia. Al despedirlo, y tras un par de horas de charla salpicadas de anécdotas y café, me pareció que los pasajes lo abrazaban como a un hijo, agradeciéndole, después de tanto andar, pues nunca olvidó al terruño que lo vio nacer.

lunes, 1 de octubre de 2012


UNA ABUELA QUE NOS DEJA
CON LA BOCA ABIERTA
Holandocorrentina Toda la simpatía de Hermita, junto a su hija Susana
 
Desde hace más de tres décadas, Hermita Luxen le pone sabor a los almuerzos de muchos linierenses
A sus 73 años, y desde hace algo más de 30, Hermita Luxen -descendiente de holandeses y oriunda de la provincia de Corrientes- se ocupa y preocupa de las comidas que ofrecerá cada día en su local, a los habitantes del barrio de Liniers.
Así lo hace todos los días a partir de las 6 de la mañana y hasta las 8 de la noche. Empanadas caseras, tartas, ensaladas de distintas variedades, tortas caseras y otras tantas exquisiteces, conforman el menú que diariamente prepara en su negocio de Ramón Falcón, entre Cosquín y Carhué.
Pero la historia de Hermita comenzó hace muchos años en el barrio. Primero como empleada de la empresa Granix, que al retirarse del mercado le ofreció en compensación por sus servicios, seguir con el nombre y la venta de sus productos. Desafío que Hermita aceptó sin dudar.
Fue así que era habitual verla primero en su local de Ramón Falcón, al lado de la Librería Rubio y enfrente de la otrora zapatería de Ceseti; más tarde frente a la sucursal Liniers del Banco Credicoop, donde permaneció algo más de cuatro años, y desde entonces junto a su hija Susana (o simplemente, La Negra), en su actual ubicación.
Diariamente con una sonrisa, atiende a los vecinos y empleados de la zona, que concurren para hincarle el diente a lo cocinado en el día.
Actualmente sigue al frente de su negocio, pero con el paso de los años su vida se fue enriqueciendo aún más.
Hoy, sus tres nietas, Pamela -hija de Susana- y Victoria y Lautaro -descendientes de su otra hija, Liliana- se disputan su compañía. Claro que la pregunta de los chicos es siempre la misma: "abuela ¿hoy qué nos vas a cocinar?"
Siempre se dijo que las tradiciones y la comida, entre otras cosas, descubren el alma de la gente. Ha de ser por ello entonces que, pese a los vaivenes económicos y los años transcurridos en la actividad, el esmerado encanto de ponerle tanto amor a su tarea, le permite a Hermita seguir ofreciendo cada mañana los productos que bien merecen ser probados.