HOMENAJE A LUCHO El pasado viernes 8 de setiembre de 2006 la vida me dio un golpe en el corazón. Se nos fue Lucho, dejándonos a quienes lo conocimos con el alma en pena.
Me invadió el dolor y la tristeza al perder un amigo. Me cuesta creerlo, me cuesta aceptar que no lo veré más que no podré compartir en las mañanas un mate con las galletitas de su fábrica, que los jueves no podré sentarme a la mesa a comer un asado y jugarnos uno que otro truco junto a Antonio y Miguel.
Que Lucho no estará acompañándonos en nuestros viajes o que en la cancha de Vélez no estará mas a mi lado, me cuesta entender porqué justamente él tuvo que irse.
Déjenme decirles que con Salvador José Pancallo hemos transitado de la mano una gran parte de nuestras vidas como cuando fue presidente del Rotary Club de Liniers, cuando fue Presidente la Casa de la Cultura de Liniers, cuando fue dirigente y motor para que hoy funcionara el colegio en Vélez, cuando desde el anonimato daba una mano en ayudar a través de ABI a los chicos que el hogar cobija y de tantas otras cosas que el no querría que se sepa.
Déjenme decirles que Lucho – El Tano - era por sobre todas las cosas una bella persona, con sentimientos puros y nobles, que hacía un culto de la familia y de la amistad y de los que el mejor documento firmado era el del apretón de mano.
A todos los que lo conocimos debemos agradecer a la vida el haber tenido la suerte de transitarla en el mismo momento que su paso por este mundo.
Se nos ha ido un Linierense de pura cepa y un velezano desde la cuna.
Creo que estas líneas son un justo homenaje a un vecino que nos ha dejado pese a su desaparición física una actitud frente a la vida, digna de imitar y resaltar.
Mi recuerdo será permanente, solo me queda decir:
"Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Cuando un amigo se va se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido..."
Hasta pronto Lucho nos estaremos encontrando en cualquier momento.
Me invadió el dolor y la tristeza al perder un amigo. Me cuesta creerlo, me cuesta aceptar que no lo veré más que no podré compartir en las mañanas un mate con las galletitas de su fábrica, que los jueves no podré sentarme a la mesa a comer un asado y jugarnos uno que otro truco junto a Antonio y Miguel.
Que Lucho no estará acompañándonos en nuestros viajes o que en la cancha de Vélez no estará mas a mi lado, me cuesta entender porqué justamente él tuvo que irse.
Déjenme decirles que con Salvador José Pancallo hemos transitado de la mano una gran parte de nuestras vidas como cuando fue presidente del Rotary Club de Liniers, cuando fue Presidente la Casa de la Cultura de Liniers, cuando fue dirigente y motor para que hoy funcionara el colegio en Vélez, cuando desde el anonimato daba una mano en ayudar a través de ABI a los chicos que el hogar cobija y de tantas otras cosas que el no querría que se sepa.
Déjenme decirles que Lucho – El Tano - era por sobre todas las cosas una bella persona, con sentimientos puros y nobles, que hacía un culto de la familia y de la amistad y de los que el mejor documento firmado era el del apretón de mano.
A todos los que lo conocimos debemos agradecer a la vida el haber tenido la suerte de transitarla en el mismo momento que su paso por este mundo.
Se nos ha ido un Linierense de pura cepa y un velezano desde la cuna.
Creo que estas líneas son un justo homenaje a un vecino que nos ha dejado pese a su desaparición física una actitud frente a la vida, digna de imitar y resaltar.
Mi recuerdo será permanente, solo me queda decir:
"Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Cuando un amigo se va se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido..."
Hasta pronto Lucho nos estaremos encontrando en cualquier momento.
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