EL POPEYE DE LINIERS - CARLOS RAMÓN CENDALI - Alias: Carlitos
Nacido en plena travesía – como casi un polizón - un 3 de marzo del
año 1947, en el vapor Federico “C”.
Al llegar al país recién lo anotaron razón por la cual en sus documentos figura
como fecha de nacimiento el día 5, proveniente de Roma junto a su padre Domingo
Lorenzo y su madre Doña Nilda Ofelia Vázquez.
Pero ya a los 14 años, eso de polizón lo había marcado, así que como
ayudante de cocina se embarcaba de contrabando hasta la salida del puerto para
luego comenzar con su tarea.
Entre tantos viajes recuerda el de Corea en el año 1959 en plena
guerra, en 1963 contratado para la pesca del Pulpo, más tarde se embarcó para
la pesca de Atún y su renuncia al contrato de una empresa Japonesa para la pesca de las ballenas pues
le dio lastima ver matar a esos animales. Entre tantos viajes no faltó surcar
en varias oportunidades el Canal de Beagle.
Así llegamos al año 1982 cuando en los mares del sur, estuvo presente en el conflicto bélico de nuestras Islas Malvinas
pues el barco que lo transportaba llevaba combustible, comida y agua potable.
Hace un alto en el relato cuando recuerda el día del lamentable hundimiento del Belgrano y las huellas en su
espalda cuando “El San Lorenzo, “buque
tanque” que lo transportaba - a las 3 y
media de la mañana fue alcanzado por el fuego enemigo y es internado por las
heridas recibidas durante 24 meses y 7 días en el Sanatorio Güemes, razón por
la cual quedó con una incapacidad permanente.
Se afincó en el barrio en el año 1975, primero en la Avda Rivadavia
al 11.000 y más tarde en su actual domicilio de Ibarrola al 6600, donde se
destacan en el frente de la casa dibujos incaicos y en donde vende los trabajos
de artesanía, de embarcaciones en la vereda como manera de seguir subsistiendo
pues aun la jubilación no le ha salido.
Gracias a Esperanza Guzmán su actual pareja – aclara con certificado de convivencia – en estos días lo acompaña
adosando a la unión el cariño de sus hijos, nietos y biznietos, Ariana Belén,
Rodrigo Ariel, Daniel, Cristian, Morena
y Mía.
Además de los barcos que vende, saben de su maestría los bastones
para jubilados algunos de los cuales fueron donados, y diferentes artesanías fruto de su
imaginación y creatividad, mientras Esperanza teje para niños alguna ropa para
poder seguir adelante.
En las paredes de su casa están los recuerdos de ese pasado, la caña
imponente para la pesca de tiburones, El cuadro de la nota en el diario de
Saladillo, la rastra de cuero cuando trabajó como puestero en la estancia de
Don Horacio Guaraní, la colección de mates de diferentes lugares entre tantos
otros recuerdos de caminos recorridos a lo largo de su vida.
Hemos conocido así un personaje más que transita nuestras calles y
que ha participado de la historia de nuestro país.
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