lunes, 24 de junio de 2013


TODO UNA VIDA ENTRE CAUCHO Y COMPRESORES 

La singular historia del querido Tony Impagnatiello, el gomero de Liniers

Siempre suelo decir que cada vereda tiene una historia, y cada vez estoy más convencido de eso.
Pero ésta vereda en particular, es aún más especial que las otras, pues los vecinos acudimos cada tanto a la histórica gomería de Tony, que no es otro que Antonio Impagnatiello, en el hoy pasaje Iñigo Carreras al 7200 (antes Luther), que le da la espalda a la calle Tuyuti y se ubica a pasos de la hoy colectora de Gral. Paz y de la otrora Feria de Liniers.
Pero la historia de Antonio comenzó en la Argentina allá lejos y hace tiempo.
Su abuelo Miguel llegó a estos pagos en soledad en 1924, proveniente de Monte Sant'Angelo, un pueblito italiano ubicado en la Provincia de Foggia, a orillas del imponente Mar Adriático.
Tan audaz fue su odisea, que se animó a cruzar el Atlántico sin saber leer ni escribir y, para colmo, sin siquiera conocer a su hijo Miguel, que luego se convertiría en el padre de Tony.
Hubo de pasar un largo tiempo hasta que en 1950 arribara a la Argentina el anhelado Miguel, y se estrechara en un cálido y fraternal abrazo con su padre, que por primera vez lo aferraba a su pecho.
Miguel, al igual que su padre, también llegó solo, y recién un año más tarde arribarían a estas pampas su esposa Rafaela y sus hijos Antonio (Tony), Francisco y Graciela, estableciéndose transitoriamente en la casa de un paisano, en San Juan y San José.
Los pasos de los Impagnatiello dejaron sus huellas durante algunos años en la zona sur, hasta que Francisco se estableció a pasos de las plazoletas de José León Suárez y Humaitá, instalando una gomería.
Al poco tiempo, Tony se trasladó a su actual dirección, comenzando su diaria labor basada en esto de prestarles el mejor servicio a sus vecinos.
Recuerda especialmente aquellas calles de tierra de la época: la colectora de General Paz, los pasajes Nicolás Granada y Rodríguez Alves, y la invalorable y repetida presencia en su gomería del inolvidable vecino y eximio intérprete tanguero, Floreal Ruiz.
Pero la particular historia de Tony no se detuvo en aquellos años. Al poco tiempo se casó con María Grossolano y su hermano Francisco con Juana Grossolano, su hermana melliza.
Es decir, dos hermanos con dos hermanas, y desde entonces siguen viviendo juntos en el barrio los dos matrimonios, en la casa de Tuyuti y el pasaje Miguel Santí.
Del matrimonio de Antonio nacieron Sebastián Miguel y Cecilia Laura, aportando a la familia dos nietas, una de cada hijo: Melody - hija de Cecilia Laura, que cursa por estos días sus primeros pasos en el colegio Las Nieves- y Renata - hija de Sebastián, alumna del María Ana Mogas.
En cambio, su hermano Francisco se estableció en Lomas del Mirador con su negocio "Taller Universal", dedicado a la reconstrucción de neumáticos.
Fruto de su matrimonio nacieron Leonardo y Nicolás Emilio, y hoy además aportaron al crecimiento de los Impagnatiello sus nuevos sobrinos Luca Mateo y Giuliano, y Facundo, Victoria y Abril.
Aun hoy el querido Tony, si bien está jubilado, sigue adelante con mucho cariño y el mismo entusiasmo dispuesto a darnos una mano cada vez que nuestros neumáticos nos chistan, para avisarnos que llegó la hora de ir a visitarlo.

 

Foto: Inflando el pecho, Tony en su histórico taller, mostrando una foto en la que acompaña a su hermano Francisco y a Mario el chofer del colectivo de la hoy Línea 161 - antes 19 - en su recorrido hasta Plaza Italia.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario